Por Daniela Blandón Ramírez
México, France24.- El director ejecutivo de la multinacional estadounidense de autos eléctricos, Elon Musk, reconoció que sus planes de construir una planta en México permanecen congelados, al menos hasta que haya certeza de quién será el nuevo inquilino de la Casa Blanca.
¡Soñemos un nuevo Nuevo León. Bienvenido Tesla! Vallas publicitarias con mensajes como este inundaban las calles de este estado del norte mexicano, fronterizo con Estados Unidos, a comienzos de 2023. No era para menos: el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que el gigante de los vehículos eléctricos de lujo había puesto sus ojos en el país.
"Platicamos ayer con el señor Elon Musk, el director de Tesla. Hay ya un entendimiento, van a dedicar inversión a México y se va a establecer una planta en Monterrey", detalló el 28 de febrero de 2023 en su habitual conferencia de prensa mañanera. La noticia no tardó en difundirse.
En pocos días, las autoridades locales ya predecían que la producción de vehículos eléctricos de Tesla podría comenzar en enero de 2024 en Santa Catarina, una pequeña población de poco más de 300.000 habitantes a las afueras de Monterrey, la capital estatal.
Se invertirían unos 5.000 millones de dólares, según el gobernador de Nuevo León, Samuel García. Se generarían alrededor de 60.000 empleos, entre directos e indirectos, y el complejo industrial abarcaría unas 1.600 hectáreas. Todo estaba listo para su entrada en operación “en menos de un año”.
“Lo que nos han dicho, es que están intentando que se haga todo de manera exprés, turbo, para en enero o febrero del año que entra, ya poder empezar producción”, dijo el funcionario en entrevista a la AFP el 9 de marzo, en la que agregó que sería “un terreno enorme, donde van a hacer la planta más grande del mundo”.
La llegada de Tesla a México no era gratuita. Se había presentado como una estrategia conocida en el mundo de los negocios como “nearshoring”, que consiste en que los grandes fabricantes tratan de estar lo más cerca posible de sus clientes finales.
Cambio de planes
De la planta en México se dejó de hablar públicamente durante meses, salvo en el plano local cuando, en plena campaña electoral, el mismo Samuel García exhibió como su principal logro el “arribo” a su estado del gigante de la electromovilidad, como parte de su efímera postulación a la Presidencia.
Un proyecto que en su momento fue visto por México como un ejemplo del apetito inversionista, a pesar de las dudas por el acceso al agua en una región afectada por una sequía severa, terminó represado en el escritorio de Elon Musk.
Solo volvió a mencionarlo públicamente el martes 23 de julio de 2024, durante una presentación con inversionistas de sus decepcionantes resultados financieros del segundo trimestre. Escuetamente, aseguró que tendrá que esperar hasta que pasen las elecciones en Estados Unidos para tomar una decisión final. Concretamente, se refirió a las intenciones de su aliado, el candidato Donald Trump, de imponer aranceles a la entrada de vehículos desde México si llega a la Casa Blanca.
Mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador asegura que este comentario "no es serio" y que "(él) debe tener otro plan de negocios", el excéntrico magnate sudafricano parece estar efectivamente mirando otros horizontes.
Al tiempo que anunciaba su decisión sobre México, Elon Musk lanzó una encuesta en la plataforma de redes sociales X, en la que preguntó a sus seguidores si debería invertir 5.000 millones de dólares en su startup de inteligencia artificial xAI. La misma cantidad que iba a invertir en México.
Hasta el momento, está ganando el sí.
Con Reuters, EFE, AFP y medios locales
