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Ha muerto Bulldog Villegas: icono regio de la lucha libre

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"La muerte no es nada, pero vivir derrotado y sin gloria es morir diariamente". - Napoleón Bonaparte.

 

Por: Fernando Cavazos Torres

 

Monterrey, México.-  Lugar en el que como dice la canción, la vida no vale nada, es el hermoso Guanajuato en donde vio la primera luz un 21 de mayo de 1933 Jesús Asunción Villegas Ramírez, mejor conocido para el mundo del pancracio con el mote de Bulldog Villegas. Un icono sagrado del pancracio regiomontano y nacional.

 

Vivía sólo en su hogar, acompañado de esa soledad deprimente que espanta, lo encontré entre las penumbras de la noche que caía, sentado con su andador en el quicio de la puerta de su hogar. Ese día, a los 84 años, un poco huraño, quisquilloso y gruñón, recordaba los años pasados de la muy lejana infancia, su adolescencia en busca de una oportunidad en la lucha libre, los inolvidables viajes al Lejano Oriente, las satisfacciones del ser quiropráctico, al final el ostracismo y el olvido.

 

 Aquí se escribirá parte de la historia de una leyenda de la lucha libre digna de ser contada, un icono sagrado de esta cultura tan nuestra y que merecía una mejor suerte.

 

Forjó en un hombre siendo apenas un niño, era de la opinión que la fama es algo intangible y ficticio, tal como llega a hurtadillas, así se retira y cuando la buscas ya te encuentras en el más penoso de los abandonos. Nunca le gustó mirar de soslayo, por el contrario, enfrentaba con gallardía los retos que el destino interponía en su camino.

 

Lo más hermoso que la vida le obsequió fue su madre, por ello sus pensamientos se remontaban hasta ella, esa abnegada mujer que se brindó por entero a sus hijos hasta el último aliento. Ahora se encuentra en la mansión celestial junto a ese ser querido que más amó.

 

La señora Isabel Villegas Ramírez, su madre, desde el nacimiento de su vástago veló por el bienestar del pequeño, ya que, al ser hijo natural, requería de más atención, ella se la brindó con creces luchando a brazo partido. El sustento no le falto, pues gracias a un pequeño negocio de comidas en el que su madre laboraba y a su estupenda sazón, los clientes asistían en buena cantidad, lo mismo que su percepción económica era bien remunerada.

 

En lo que respecta a los estudios que cursó, alegremente comentaba que, de haber continuado con ellos, es muy probable la primaria la hubiera terminado cuando contará con 42 años de edad. Reprobó el primer año la friolera de 6 ocasiones, circunstancia por la cual afirmaba sin pena alguna, ¡Fui un burro!

 

Uno de tantos comensales asiduo al restaurante en que su madre prestaba sus servicios, le propuso trabajo en la ciudad de Monterrey, la propuesta significaba una jugosa alza salarial, por lo que doña Isabel Villegas no lo pensó dos veces emigrando a la industriosa ciudad.

 

La emprendedora señora se hizo acompañar de su hermana, cocinera como ella y con mucho conocimiento de la buena cocina, ambas se turnaban para atender a la clientela de aquel incipiente negocio enclavado en el Mercado Del Norte, con el tiempo ganó fama por lo delicioso de sus alimentos, preparados por las jóvenes guanajuatenses.

 

La dama no gustaba de formalizar compromisos, pero si creía en las promesas de amor de esos "hombres" que sólo buscan la miel en las flores más bellas. Jesús Asunción se vio rodeado por sus hermanos Fermín, Ernesto, Julia, Petra y Dolores.

 

La escuela no era lo suyo, pero se enojaba cuando comparaban con un burro

 

Los estudios no se le daban al mozalbete, razón más que suficiente que abandonarlos y dedicarse a ganar la vida en las calles desconocidas de Monterrey, ya fuera lustrando calzado, vendiendo chicles, periódico, paletas y dulces a las afueras de los cines. La cosa era no andar de prángana y ser un vago sin oficio ni benéfico. Muy atrás quedaban las idílicas callejuelas de su natal Guanajuato.

 

No fue un niño pleitista, pero no les rehuía a las provocaciones belicosas, en ocasiones le tocaba salir con la diestra en alto, otras como él mismo confiesa, "me empinaban, la mayoría de las veces los pleitos eran por causa de mi nula aplicación en la escuela, los chavos imitaban un burro a mi paso y eso sí que enojaba", afirmaba.

 

En el primer barrio en el que vivió conoció a un muchacho del que luego sabría le decían "El Tosco", ese barrio estaba ubicado por las calles de Juárez y Democracia del centro de Monterrey, el chavo en cuestión habitaba en una casa a sólo una cuadra de distancia, con el correr del tiempo y atando cabos, ya ambos dedicados a lo mismo y ahora si llevando amistad. Supo que aquel jovencito no era otro más que Blue Demon.

 

Ya contaba con una edad de 15 años y aún andaba ganándose la vida vendiendo periódicos, muy de madrugada se le veía en el céntrico crucero de Cuauhtémoc y Reforma a la espera de su dotación de diarios que luego vocearía incesantemente, una visita a su madre en su punto de trabajo saciaba su galopante hambre.

 

Estaba hasta el hartazgo de esa vida monótona, lo tranquilizaba solamente un poco la llegada del domingo en que asistía a la lucha libre en la Arena Monterrey.

 

Frente al crucero en el que surtía los diarios que luego vendería, se ubicaba una frutería de nombre La Victoria, por cierto, de las más renombradas de la metrópoli regiomontana, ahí trabajaban dos mozuelos con los que trabó amistad Jesús Asunción.

 

Ellos eran dos chamacos también amantes de la lucha libre, sus nombres Jesús Leyva Rojas y Manuel Guajardo Mejorado. Luego serían ampliamente conocidos por los motes de El Vasco y René "Copetes" Guajardo, con el primero conquistó grandes hazañas y fue su compadre.

 

Al ver su hermano mayor Fermín, que Asunción no tenía porvenir alguno en la venta de diarios, lo invitó a trabajar en su taller de ebanistería, a lo que el futuro luchador aceptó pleno de gusto, ahí aprendió el oficio, pero eso no podía durar mucho tiempo. Una mañana de tantas el aprendiz fue despedido vergonzosamente al echar a perder el respaldo de una cama, las palabras del hermano mayor fueron terminantes, ¡Vístete y lárgate, ya no vengas más!

 

A los 15 años inicia su pasión por la lucha libre entrenando con el maestro Rolando Vera

 

Eso no amilanó al muchacho, lo primero que hizo fue encaminarse al gimnasio en el que entrenaba su amigo Mao Chang, ya lo conocía en su diario caminar por la gran ciudad vendiendo periódicos, otro que se dedicaba a lo mismo era Ray Cortés, compañero de correrías y en ser su fiel escudero al presenciar las actuaciones de sus ídolos en la Arena Monterrey, enclavada en las calles de Arteaga y Juárez de la megalópolis.

 

Todas las tardes, a eso de las 6 o 7 de la tarde y fieles a su rutina, los tres chamacos querían aprender los oscuros secretos del pancracio, por lo que entre ellos mismos entrenaban, en ocasiones, la mayoría de las veces los más avezados en el arte del catch, les ponían una zapatería completa. Terminaban molidos a golpes, pero no cejaban en su empeño y al día siguiente la misma rutina, otra golpiza de padre y señor nuestro.

 

Por las mañanas se juntaba con otros dos muchachitos que al igual que ellos estaban hambrientos de fama y fortuna, y conquistarla por medio de la lucha libre, ellos eran Sergio Romo y Tony Reyna. Aristeo Romo y Alejandro Reyna sus nombres de pila. Con ellos practicaba dicho deporte y haciendo el papel de maestro ordenaba Villegas ejercicios propios de un luchador a sus noveles alumnos. Rutinas que él veía en el gimnasio aplicaban los verdaderos profesores.

 

Alejandro liquidaba su adeudo por las clases impartidas a su "mentor" con unas de yeso, tortillas de harina que la madre del adolescente elaboraba riquísimas, ya fueran de frijolitos con huevo o con chorizo. Ahí tienen a la madre del futuro Tony Reyna manteniendo panzas aventureras, la de Villegas y la de Romo.

 

Ya con el gusto bien arraigado por el deporte de la lucha libre, lo empezó a tomar más en serio y para ello se inscribió en el gimnasio de los hermanos Aranda, instalado por la calle de Reforma y Félix. U Gómez en el centro de Monterrey, en ese lugar se puso bajo las órdenes del mejor maestro de la entidad, el señorón Rolando Vera, que en cuestiones del pancracio fue una Biblia.

 

Entre los más avezados alumnos se encontraban Sugi Sigama, Crox Morin, René Guajardo y muchos más, enfatizó que al maestro le gustaba que sus alumnos se movieran constantemente en el ring que alcanzarán siempre en los del contrincante y nunca retroceder.

 

Su rostro curtido por los años se torna expresivo y a la vez nostálgico, recordaba cuando por alguna razón el maestro Vera se veía forzado a abandonar la ciudad, la mayoría por compromisos relacionados con su profesión, lo dejaba a cargo de las clases por ser el más avanzado de toda su escuela.

 

Corrían mediados de la década de los gloriosos años 50's, llega uno de sus antiguos amigos al gimnasio, Jesús Leyva Rojas continuó porfiando en lo mismo, por caprichos del destino se reencontraron para mantener una amistad total y sincera hasta el final de la vida de El Vasco.

 

Desde ese momento en el gimnasio, ambos planearon formar una pareja que infundiera temor entre el bando de los técnicos, se compenetraron de tal forma y después de rigurosos y duros entrenamientos, siempre bajo la supervisión del mentor Rolando Vera.

 

Antes de entrar de lleno al profesionalismo probó suerte en arenas de barriada, en las que prácticamente no había retribución económica alguna, si bien le iba recibía a cambio una bolsita de frituras, pero a toda costa quería conquistar un lugarcito en la lucha libre.

 

Resulta que al igual que Sergio Romo en sus mocedades, fue contratado para trabajar en el municipio de Cadereyta, Jiménez. Nuevo León, el promotor mandaba un emisario por los "luchadores" en las inmediaciones de la ciudad, al terminar la función eran retornados por la madrugada al mismo lugar. Dentro de lo malo, lo bueno era que Villegas vivía en la colonia Martínez, cercana al lugar donde los jóvenes eran dejados a su suerte.

 

Con Tony Reyna trabajó poco antes de ser ya todo un señor profesional, ello en la Arena Magnolia propiedad de la señora Goyita, una lideresa de la colonia Moderna que gustaba del deporte del costalazo lugar en el que los aficionados acudían en gran cantidad y premiaban a los "luchadores" con dinero. Fue el lugar en el que ambos amigos se vieron las caras en un mano a mano por primera vez.

 

Llegó el esperado debut en la Terraza Terminal, consecutivamente llegó la Arena Colter, la Arena Campa, al poco tiempo ya eran los amos y señores de las arenas chicas. Jesse Villegas y Jesse Rojas arrasaban en cuanto local actuaban. En esa Terraza Terminal, hasta cierto punto lóbrega destacó la luminosidad del gran espectáculo que ese par de jovencitos ofrecía, estaban hechos para grandes empresas.

 

En una de tantas funciones fueron observados por Sugi Sigama quien se entrevistó con Villegas para proponerle trabajar en arenas de más prestigio. Fue contratado para trabajar en la Arena La Junta de la colonia Independencia, Boby Segura era el que partía el queso

 

Don Chucho Garza Hernández imuplusa la carrera profesional de Bulldog Villegas

 

Don Jesús Garza Hernández (Don Chucho) incipiente promotor gustaba de asistir a las arenas chicas y en una de ellas descubrió a quien sería uno de sus máximos exponentes, ese día en el cuadrilátero medían fuerzas Crox Morín y Gorila Flores, contra Jesse Villegas y La Bestia Negra, oriundo de Reynosa, Tamps.

 

Garza Hernández siempre se hacía acompañar por Budy Córdova que fungía como su brazo derecho, asesor en lo referente a nuevas contrataciones para la Arena Monterrey, lo mejor de la época después de la Arena Coliseo y propiedad del señor Alejandro Rapport y suegro de Don Chucho.

 

Sucede que ellos habían acudido para presenciar el accionar en el cuadrilátero de Villegas, ya que con anterioridad Budy Córdova se percató de la calidad del rudo Jesse Villegas, al ser su compañero en una lucha estrella.  El de Guanajuato actuaría en la semifinal, pero al lastimarte el estelar ocupó su lugar a invitación de Córdova.

 

El enfrentar a rivales de esa jerárquicas ponía algo nervioso al futuro perro, no por miedo, sino por respeto a su calidad de estelaristas. Muy bien lo hizo pues pasaron dos semanas en las que ocupó la estrella y tuvo de pareja a Maciste y Canelo Segura.

 

Hasta que por fin es llamado por la empresa de la Arena Monterrey, lo primero que el empresario le dijo fue, ya no presentarse más en la Arena Terminal y en ninguna arena chica, el ya pertenecía a otra dimensión de empresa, para ello sería arduamente preparado y debutarlo como los grandes. Pero antes tenían que bautizarlo con otro nombre de batalla.

 

Habían llegado a su fin las garantías económicas irrisorias, esas que bien decían sus compañeros de dolor, únicamente alcanzaban para 5 tarros de cerveza y una cajetilla de cigarros, en su porvenir ya se avizoraban mejores bolsas y una sustancial mejoría en su calidad de vida. Los $30 pesos de pago por sus servicios quedaban atrás.

 

Antes de abandonar las filas de los independientes, tuvo una maravillosa despedida en la Arena Terminal al enfrentar a Sugi Sigama y Bello Califa, para Jesse Villegas y Budy Córdova. Mucho significó esa lucha para Villegas pues Califa ya era un consagrado y artista del cine nacional.

 

Su nombre de batalla, ese con el que conquistaría fama y prestigio, lo recibió de manos de Jesús Garza Hernández, no le pareció el nombre de guerra que hasta ese entonces portaba de Jesse Villegas, comentando tenía una cara de perro que no podía con ella. Para esos momentos Camilo Pérez ya iba en retirada, se había fracturado una pierna y el ominoso retiro tocaba a su puerta.

 

Debuta en Televicentro de México

 

Ya como Bulldog Villegas arrasó con el cuadro, trabajo 4 funciones en la Arena La Junta, una fructífera campaña en la Arena Monterrey, también en la Plaza de Toros Monterrey, de ahí el gran salto para Televicentro en la capital de la república. Ahora su trabajo en el ring sería proyectado en la televisión gracias a la gran influencia de Jesús Garza Hernández, ya se había convertido en una piedra en el zapato para la familia Lutteroth.

 

Su fiereza fuera de lo convencional en el ring provocaba un fuerte impacto emocional en el público, su versatilidad le permitió triunfar en lo pecuniario y no se diga con el sexo opuesto.

 

Conquistó el corazón de gran cantidad de mujeres, de tantas damas que pasaron por su vida con muchas de ellas la situación se salió de control, por lo que según las cuentas del octogenario gladiador en el retiro, confiesa la desmesurada cantidad de 60 hijos regados por el mundo. Todo un Casanova este Bulldog Villegas.

 

En cuanto a la frase que provocaba el morbo entre la fanaticada y con la que se le identificó a lo largo de su meteórica carrera, de "El rostro que sólo una madre puede querer”, le fue impuesta por un anunciador de Reynosa, Tamaulipas. Muy equivocado estaba el respetable anunciador, pues las féminas caían por docenas rendidas a sus pies.

 

Su debut en Televicentro de México fue de lujo, en la estelar subieron al ring los canes más rabiosos, Camilo Pérez "El Bulldog" haciendo pareja con Bulldog Villegas, sus rivales Tonina Jackson y Budy Córdova. El triunfo para la pareja de perros rabiosos fue lógico, las puertas de la fama se abrían de par en par.

 

Afirma Bull que al principio llegó la fama, pero sin la valiosa compañía del dinero, mientras el promotor vivía a todo lujo, el continuaba pagando religiosamente renta por la casa que habitaba con su madre. El buen dinero empezó a llegar a cuentagotas cuando iniciaron las temporadas capitalinas en la Arena México.

 

Recuerda que, por motivos de enfermedad, el promotor Jesús Garza Hernández suspendió actividades en la capital, aunque esa es la explicación que dio a su grupo de luchadores, luego se enteraron de que había dificultades con el regente capitalino.

 

No hubo más remedio que retornar a Monterrey y conseguir contratos en donde le llamarán, trabajando en Nuevo Laredo es observado por Don Fausto Nicolas Veloz, pidiéndole a Villegas lo visite en su oficina en la arena coliseo regiomontana, así lo hace y al llegar a un acuerdo económico, fue necesario don Chucho cediera un poco para formalizar el ingreso de Bulldog Villegas a la empresa de los Lutteroth.

 

Muchos años viajó por toda la República Mexicana por lo que largas temporadas vivió fuera del hogar materno, eso lo entristecía en demasía. Solía mitigar las penas con largas farras en el México nocturno, su lugar predilecto era Garibaldi, acompañado de una hermosa dama, un mariachi y una botella de vino…y que viva mi desgracia.

 

Su encuentro en contra el enmascarado de plata, El Santo

 

Uno de sus máximos anhelos de niño fue el alternar o enfrentar al máximo ídolo de la lucha libre mexicana y de la cinematografía nacional, el enmascarado de plata, El Santo y ello pudo verlo cumplido por primera vez en Ciudad Juárez, Chihuahua al enfrentar al plateado y con el campeonato nacional welter en disputa.

 

Ello lo logró gracias a un accidente desgraciadamente, ya era campeón de parejas de Ciudad Juárez al lado de su compadre Jesse Rojas El Vasco, él era quién se enfrentaría contra El Santo, pero unos días antes Jesse sufrió una desgracia, al salir hacia afuera del ring en una trepidante acción, no midió bien la distancia cayendo de cabeza. Debido a ello se vio precisado a guardar reposo, ocupando su lugar Bulldog Villegas.

 

Sufrió una dolorosa derrota, pero guarda en su cofre encefálica el recuerdo de este primer enfrentamiento, ya que con el correr del tiempo vendrían otros duelos. Esta lucha duro aproximadamente una hora con treinta minutos, al final fue vencido, pero El Santo supo de todo su arsenal y no se fue limpio.

 

La década de los años 60's fue muy productiva para Villegas, en compañía de su compadre El Vasco logró llevar a sus vitrinas el campeonato de parejas de la costa del pacifico, mismo título, pero de Ciudad Juárez. Ya había te nido en su poder campeonatos tales como el de la Arena Terminal, Arena Colter y el de Coahuila, una pareja de mucho cuidado.

 

Declara Villegas que muchas veces le correspondió tener en el ring hombres de la autoridad, que parecía ellos querían ser los protagonistas del espectáculo. Referees inescrupulosos que fue necesario ponerlos quietos a base de raquetazos y cachetadas, para que asumieran su verdadera misión.

 

Fue por ello, cuando fungió como la autoridad en el ring, trató siempre de estar en su papel y no interferir en el buen desempeño de los gladiadores. Cuando la situación lo ameritaba, motivar a los elementos a brindarse por completo en aras del buen espectáculo.

 

Era asiduo asistente a centros nocturnos capitalinos y de provincia, ahí practicaba con los grupos musicales que amenizaban el ambiente sus inquietudes musicales, tocaba varios instrumentos musicales tales como los bongos y tarolas. Los grupos solían invitarlo a tocar con ellos, los acompañaba cada que había oportunidad pues le redituaba una buena compensación económica y se divertía.

 

Por esos años el estar en la capital era magnífico, pero un terror acerado significaba para el luchador soportar un temblor, comenta que el estar en un movimiento trepida torio es de lo peor que paso en el Distrito Federal. Incluso uno de sus amigos falleció a causa de uno de tantos que se registraban continuamente.

 

La empresa Lutteroth lo mandó a vivir en un edificio de apartamentos en el que la señora Amparo Montes le brindaba asistencia a un nutrido grupo de luchadores, ella era esposa del también gladiador Saúl Montes. Por ese lugar pasaron infinidad de gladiadores que eran contratados por Enrique Lutteroth para nutrir su empresa. Destacan El Solitario, Ringo Mendoza, los regios Humberto Garza y Trueno.

 

En la capital se sentía como pez en el agua, acompañado de su compadre El Vasco llegó con hambre de triunfos su extensa campaña En la costa y en Ciudad Juárez, le brindaron la confianza suficiente para arrasar con cuanto rival le pusieran enfrente.

 

Sus luchas no aptas para cardíacos

 

Las giras estaban a la orden del día, en una de ellas y trabajando para el público de San Luis Potosí, tan fiero era su accionar arriba del ring, que mantenía en el vilo de la butaca a los aficionados, el ring parecía una alfombra roja por la sangre regada en el cuadrilátero. La mayor parte de ella del ídolo de San Luis. Su pareja era Saul Montes y enfrentaban a Black Shadow y el muchacho local del que solamente recuerda el nombre de Tony.

 

Tanta era la emoción contenida en los fanáticos que incrédulos contemplaban como su mejor gallo era desplumado, en el paroxismo y con los nervios destrozados una aficionada se puso de pie en su lugar, al intentar lanzar uno de sus zapatos en contra la humanidad del salvaje perro se desplomó como fulminada por un rayo…había sufrido un infarto fulminante.

 

En el mismo San Luis volvió a ocurrir lo mismo, pero en otra funesta función, de nuevo otra mujer infartada, pero ahora una joven, murió recordándole a su progenitora al Bulldog Villegas. Programa en el que intervenía el canino regiomontano por adopción bien podía tener escrito... no apto para cardíacos, por cierto, rememora el perro, que ese día el Diablo andaba suelto pues se incendió el mercado Sanluisino.

 

Impactante era la presencia de Bulldog Villegas, ya que en cuanta arena se presentaba acudía el público en masa, cuyo único afán significaba brindarle ya sea su repudio con una carretada de mentadas de madre por su inconfundible salvajismo. Pero a la vez no salían defraudados porque presenciaban la verdadera lucha libre a ras de lona y vastos conocimientos de fistiana.

 

La internacionalización luchando en Japón

 

La llave de su invención, "la canina" le significó triunfos al por mayor, solía ejecutarla al final de sus combates para la rendición de sus rivales, muchas veces el mismo público se la exigía a gritos. Los complacía final de cuentas.

 

Su fuerte presencia en el ring le brindó la oportunidad que todo aquel luchador que se precie de ser profesional busca desde su inicio en el duro deporte, viajar al Lejano Oriente y demostrar a los nipones la verdadera lucha libre mexicana. La empresa mexicana de lucha libre le concedió su deseo, producto del empeño y dedicación que imprimía en su trabajo.

 

Tal como era de esperarse, los japoneses quedaron atónitos ante la sapiencia dentro del cuadrilátero mostrada por el canino regiomontano, especialmente Mister Koma y Yamamoto, declarados fieles admiradores de Bulldog Villegas desde la primera vez en que ellos visitaron tierras aztecas.

 

Su estancia en el Lejano Oriente fue muy productiva y un rotundo éxito para aquel exigente empresario y público ávido de sus conocimientos, fue preciso enviarlo por segunda ocasión para satisfacer la demanda de su presencia por aquellas tierras llenas de tradición y cultura milenaria.

 

Mister Koma, con un español entrecortado le rogaba al de Guanajuato, pero regiomontano de corazón le enseñara la lucha azteca, el perro únicamente le dijo no poder enseñarle pues él ya sabía el arte del catch, pero en cambio sí le daría tips para que puliera detalles. Ello llenó de regocijo al orgullo de la lucha libre japonesa.

 

Agradecido el nipón por la disposición mostrada por el gladiador mexicano, en reciprocidad le mostró y enseño los secretos milenarios del arte japonés de curar huesos con sus manos. Ser un quiropráctico y dominar el arte de rehabilitar huesos y ligamentos.

 

Fue requerido por tercera ocasión para presentarse ante la afición de los ojos rasgados, anteriormente permaneció por espacio de aproximadamente 4 meses. Ahora ya le resultaba imposible, aunque fuera su deseo, en su último viaje por aquella lejana tierra de ensueño fue lesionado por un luchador japonés de seriedad en su columna vertebral, ello debido a un martinete mal aplicado.

 

En la charla destaca que se percató de la lesión ya muy tarde para poder hacer algo al respeto, al comentarle de varios de sus ex compañeros de profesión que también ejercen como quiroprácticos, como los casos de Humberto Garza, Señor Tormenta y Bello Guerrero, afirma no confiar en nadie, prefiriendo continuar en las condiciones actuales.

 

Ya al final de sus años de plena actividad formó pareja con Sergio Romo, ambos enmascarados y causando sensación con el nombre de batalla de Los Galácticos, explica que por lo regular cada uno hacia arriba del ring lo que sabía, que era mucho pues ambos maestros son expertos en el arte del catch.

 

Asimismo, comenta que intervino en infinidad de películas del cine mexicano como hombre de piedra (stunt man) o doblando escenas de peligro a los artistas. No desea recordar dicha etapa.

 

Finaliza su carrera de gladiador como empleado de seguridad en la UANL

 

Laboró por muchos años en la Universidad Autónoma de Nuevo León, la Facultad de Contaduría le abrió sus puertas otorgándole empleo como guardia de seguridad. Algunos otros elementos del gremio también han prestado sus servicios en el centro de estudios, tales como Blue Fish, Imperio Negro, Chamaco Maravilla, Mario Segura, entre otros.

 

Resulta se verificaba un juego de basquetbol en las instalaciones de la Facultad de Contaduría contra otra Universidad de la localidad, el entrenador de apellido Escalera del equipo contrario, un gigantón de casi 2 metros sacó un jugador le aventó toda el agua contenida en una cubeta, cayendo la mayoría en la duela.

 

Lo anterior molestó a Villegas que en su carácter de guardia de seguridad velaba por los intereses de la UANL, Bulldog irritado ante la acción le arrebata la cubeta y se la lanza por la cabeza. El entrenador se va contra Villegas pensando que no era pieza para él, garrafal error es recibido con tremendo derechazo, luego un golpe de izquierda y otro, uno más hasta que cae el brabucón como fardo.

 

El director de esa escuela enfurecido se encamina hacia Bulldog gritando si era necesario golpear de esa brutal forma a su entrenador. La respuesta no se hizo esperar: No señor, era más, pero creo que con eso entendió la lección, cuando quiera destruir el parquet (la duela), que destruya la de su escuela, Lo anterior llenó de asombro al enojado director que solo atinó a dar la media vuelta y retirarse rumiando su coraje.

 

Todo lo anterior fue contemplado por el director de la Facultad de Organización Deportiva (FOD) quien lo mandó llamar, le informó que al día siguiente se presentara ante el para trabajar bajo sus órdenes. Al principio Villegas fue renuente, pero ante la orden no había vuelta de hoja.

 

Orden que giraba Cayetano Garza, director de FOD y comandante en jefe de Tigres de futbol americano, orden que tenía que ser acatar, por dicha razón el director Chora de Contaduría aceptó el traslado de su jefe de seguridad a FOD ante la "sugerencia" de Cayetano Garza.

 

Poco después de su llegada fue trasladado al equipo mayor de Tigres de americano, donde se haría cargo del bienestar físico de los muchachos, tenía el comandante en jefe confianza total en el luchador y este nunca lo defraudó, se mantuvo por muchos años fiel a la causa hasta su jubilación.

 

Uno de sus recuerdos en la etapa universitaria, es el enfrentamiento que sostuvo un día y auxiliado por jugadores del equipo Tigres de la Liga mayor, contra terroristas de la Liga comunista 23 de septiembre.

 

Vienen a su mente nítidas imágenes de terroristas apostados con rifles de alto poder frente a las instalaciones de la máxima casa de estudios, con la firme idea de asesinar al rector Alfredo Piñeiro. Los criminales en buen número corrieron hacia rectoría apoyados ahora por armas cortas m, pero fueron contenidos a base de certeros golpes de ovoides lanzados por los jóvenes jugadores.

 

Los alborotadores huyeron en desbandada, solamente uno de ellos no pudo escapar, fue surtido con golpes de todos calibres y entregado a las autoridades. Lo anterior no fue consignado por los medios informativos.

 

Como experto quiropráctico atendió a los ex - presidentes Vicente Fox y Evo Morales

 

Al paso de los años, ya en su tercera edad confiesa el retirado luchador, que la práctica de la quiropráctica en su consultorio le ha dado para vivir satisfactoriamente, con el dinero ganado en dicha profesión y su excelente pensión le da para vivir. Adquirió su casa con lo ganado en su práctica además de curar el dolor de la gente. Sus manos que antes destrozaron rivales ahora brindan bienestar.

 

Grandes personalidades no sólo del pancracio han visitado su consultorio ubicado en la colonia Los Fresnos de Apodaca, N.L. Entre otros destacan dos presidentes en funciones cuando llegaron hasta las puertas de su consultorio, buscaban alivio para el insoportable dolor que sentían y que ni los más renombrados médicos pudieron mitigar.

 

Ellos fueron Vicente Fox Quezada que había caído de su caballo y tenía seriamente lastimada la columna vertebral y el boliviano Evo Morales con dolorosa lesión lumbar.

 

Siempre he sido un manirroto con el dinero que gané en la lucha libre, más tardaba en ganarlo que en gastarlo, no me supe administrar, pero no me quejo, viví mi vida como yo quise y nadie me puede contar nada de esta.

 

Dice que en 3 ocasiones intentó contraer matrimonio, una de ellas lo logró, pero fue flor de un día y no fructificó en nada, pero por compromisos con la lucha libre no pudo cristalizar su deseo de una vida apacible al lado de una bella dama. "Mi mujer es doña lucha y siempre será mi gran amor", aseveró.

Se despidió con la siguiente frase: Mis buenas experiencias son muchas y si cualquier día parto de este mundo, me voy satisfecho, apuntó Don Jesús Asunción Villegas, el temible Bulldog Villegas en la lucha libre mexicana.

 

Hoy, 10 de enero del año 2024 partió a su encuentro con Jesucristo, el icono de la lucha libre regiomontana Bulldog Villegas a los 88 años de edad.

 

El rostro que solo una madre puede querer, ya está con ella platicando de sus andanzas en este plano terrenal. Descanso eterno para ese ser que volcó sus conocimientos del pancracio en infinidad de jóvenes promesas que ya son toda una realidad.